martes, 1 de septiembre de 2015

A veces me levanto con ganas



A veces me levanto con ganas de correr por la playa descalza, de llegar hasta donde las rocas empiezan y luego volver a nado, para demostrarme que voy sobrada de energía y que no necesito ni el desayuno para reponer fuerzas. 

A veces me levanto con ganas de comerme el mundo, de no preocuparme por las cosas malas que me puedan suceder y de hacer todo lo que se me pase por la cabeza sabiendo que va a salir bien. 

A veces me levanto con ganas de hacer cosas nuevas, de dejar atrás a familia, amigos y vecinos para empezar un nuevo viaje sin rumbo conocido, sin maleta y sin nada en los bolsillos.

A veces me levanto con ganas de conocer gente nueva, de llenar mi vida con nuevas caras de compañeros de trabajo o de clases, con nuevas conversaciones y problemas distintos a los de antes. 

A veces me acuesto a tu lado y siento que no necesito nada más.

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