jueves, 11 de febrero de 2016

A veces me miro al espejo

A veces me miro al espejo para ver en mis ojos tristes un fondo de alegría, una esperanza, una ilusión, ese "algo" que me hace aferrarme a la vida.

A veces me miro al espejo para ver si mis labios se iluminan, tratando de buscar entre su pliegues algún vestigio de que tiempo atrás portaban una sonrisa.

A veces me miro al espejo para ver mis manos de niña, comprobando que siguen siendo igual de delicadas, que ya no tienen cicatrices de espinas.

A veces me miro al espejo para volver a sentirme atractiva, comprobar que mi cuerpo desnudo puede seguir enamorando a todo aquel que lo mira.

A veces me miro al espejo y cierro los los ojos, porque sé que mi reflejo no me hace feliz del todo...


A veces lloro


A veces lloro por los niños que no llegan a terminar ese camino que les prometemos desde la cuna, que no alcanzan a decir a sus hijos que en este mundo no todo es amargura.

A veces lloro por los padres que ven como sus hijos no siguen el camino que ellos buscan, que ven como en un momento dado se tuerce para siempre su vida y les abandona la fortuna.

A veces lloro por los abuelos que se quedan sin ver a sus nietos devolverles su ternura, que se apagan poco a poco alejados de un mundo que les lleva al borde de la locura.

A veces lloro por mi y me doy cuenta de que no tiene sentido mi triste lucha, porque por mucho que lo intento no encuentro un hombro en el que llorar y nadie me escucha.

A veces dejo de llorar y olvido el motivo, porque solamente veo alegría entre la penumbra.