jueves, 11 de febrero de 2016

A veces lloro


A veces lloro por los niños que no llegan a terminar ese camino que les prometemos desde la cuna, que no alcanzan a decir a sus hijos que en este mundo no todo es amargura.

A veces lloro por los padres que ven como sus hijos no siguen el camino que ellos buscan, que ven como en un momento dado se tuerce para siempre su vida y les abandona la fortuna.

A veces lloro por los abuelos que se quedan sin ver a sus nietos devolverles su ternura, que se apagan poco a poco alejados de un mundo que les lleva al borde de la locura.

A veces lloro por mi y me doy cuenta de que no tiene sentido mi triste lucha, porque por mucho que lo intento no encuentro un hombro en el que llorar y nadie me escucha.

A veces dejo de llorar y olvido el motivo, porque solamente veo alegría entre la penumbra.


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